"Qué es el arte? No sé bien, pero es lo que vine a hacer a este mundo"

Victoria Fossati



"No pude sentir la tierra hasta pisarla descalzo, no pude disfrutar el camino hasta no pretender llegar a ningún lado, no pude sentir el abrazo hasta no quererlo sin precisarlo, no pude conocer el sabor del agua hasta tener sed, no pude disculparme hasta que dejé de pedirme disculpas, no pude admirarla hasta comprender que no estaba, no pude enseñar hasta entender que todos enseñan...", lee en voz alta Victoria Fossati o Locnar según ella misma se bautizó para transmitir un mundo artístico diverso y plural porque sus dibujos presentan varios aspectos, tendencias y características a la vez.
"Realmente no tengo recuerdos de cuándo empecé a dibujar, creo que como dice Puño de niños muchos dibujamos y simplemente nunca dejé de hacerlo", asegura con tono pausado y tranquilo.
"Es lindo conservar el carácter lúdico de las cosas y cuando uno es chico no hay una línea estresante. Después crecemos y a los 28 años me enfrento a desafíos más grandes y en busca de objetivos específicos", cuenta mientras apoya sobre su mesa de trabajo producciones que van desde calcos e imanes hasta ilustraciones que traen a la memoria los murales de la bohemia Willamsburg o acuarelas y retratos que parecieran salir de la belle epoque.
"Tuve la suerte de poder estudiar los últimos tres años de la escuela en modalidad de arte y en el 2009 empecé Profesorado de Dibujo en la facultad de Bellas Artes de la UNLP. En el 2015 me recibí y me fui de viaje durante un año", recalca aquella travesía por América Latina que la marcó tanto en lo personal como en lo profesional.
"Durante el viaje hice de todo un poco: aprendí a usar machete, trabajé en descarga de fruta, me animé a cantar en público y a pasar la gorra, pinté murales, carteles, restauración... todos aprendizajes y descubrimientos grandes y hermosos. Recorrí el norte de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Cuba. Dormí en la ruta, me perdí en la montaña, hice amigos, hermanos, contemplé paisajes deslumbrantes y me crucé con lo mejor del ser humano", resume con una sonrisa de oreja a oreja que deja ver tan enriquecedora experiencia.
"Hoy trabajo con encargos de cuadros, vendiendo calcos e imanes con mis diseños e ilustrando para otros emprendedores. Además estoy produciendo y proyectando mi página locnar.vf, taller de autor a través de los vivos de Instagram. La idea es motivar a dibujar o pintar, despertar la pasión por el lenguaje plástico y acercar herramientas que sean útiles", cuenta.
Victoria elige terminar la nota como la habíamos empezado. Y retoma la lectura de lo que ella misma escribió: "no pude dibujar hasta que dejó de ser una tarea, no pude dejar de demandar hasta ser libre, no pude cantar hasta que se fueran todos, no pude correr hasta necesitar hacerlo sólo por diversión, no pude querer los días grises hasta que me gustaran todos los días, no puedo decir que hago sin decir que no hacía."



























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